31/3/10

JUEVES SANTO, 1 de abril de 2010

El jueves santo es el día del compartir fraterno y del servicio de unos por otros, es el día en que el Señor se hace pan partido por la vida del mundo, es el día en que Él se hace “olla común”, alimentando nuestras esperanzas y nuestras vidas, alimentando nuestra sed de justicia y de paz, alimentando nuestros anhelos de amar en libertad.

Él quiere ser alimento para todos y para ello requiere de nosotros, nos necesita para que seamos los que ponemos la mesa, los que pelamos las papas, los que le echamos más agüita a la sopa, para que todos coman de ella y sientan ese calor que da vida, que fortalece los huesos y hace que todos juntos tengamos ganas de trabajar por un futuro mejor.

El jueves santo es una invitación a sentarnos todos en torno a una gran mesa, en la que no falte nadie, en la que haya espacio para todos y todo se ponga en común. Es el momento en que nos ofrecemos a los demás, como lo hizo Jesús con sus discípulos, que se puso en el último lugar.

Martes 21 de Abril de 2009

Con pie de cueca, banderas blancas y un contundente plato de porotos con rienda, unos 80 vecinos del sector mediocamino de Talcahuano conmemoraron el sábado 18 de abril la creación de las Juntas de Vecinos de Patricio Lynch y Carlos Condell, ambas nacidas hace 40 años atrás a través de las “tomas” de terreno.

A la usanza de esa época, los vecinos se reunieron en torno a una olla común, actividad organizada por el Programa Quiero Mi Barrio del Ministerio de Vivienda y Urbanismo en conjunto con la I. Municipalidad de Talcahuano con el objetivo de revivir la historia de uno de los sectores más populosos de la ciudad puerto. “Fueron tiempos duros, los hombres nos íbamos a trabajar y nuestras señoras se turnaban para cuidar nuestro terreno. Estuvimos como cuatro meses viviendo en una carpa”, recordó Francisco Vega, secretario de la Junta de Vecinos de Patricio Lynch.

A la actividad asistió el alcalde de Talcahuano, Gastón Saavedra, quien destacó el gran esfuerzo detrás de cientos de familias que lucharon por la casa propia. “Me enorgullezco de haber participado en los inicios de esta población, cuando en nuestro país costaba construir nuestras casas, cuando era prácticamente imposible pensar que la vivienda era un derecho… En esos tiempos muchos pobladores que aun están en este barrio se atrevieron a levantar una bandera para tener su casa propia y así dignificar el derecho a la vivienda”, precisó.



¿Dónde me pide el Señor que ponga la mesa para hacerse “olla común”?

¿Cómo hacer que nuestra eucaristía sea anticipo del banquete definitivo en que el Señor enjugará toda lágrima?

“Pan en todas las mesas

la pascua nueva certeza

la paz reinará

y el pueblo a cantar aleluya"

(Autor: Matías Valenzuela ss.cc.: mvalenzd@uc.cl)

MIÉRCOLES SANTO, 31 de marzo de 2010

“Entonces uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, se dirigió a los sumos sacerdotes y les propuso: ¿Qué me dan si lo entrego a ustedes? Ellos se pusieron de acuerdo en treinta monedas de plata. Desde aquel momento buscaba una ocasión para entregarlo.” Mt 26, 14-16.

Judas es un personaje misterioso y contradictorio, en el que se mezclan voluntad y designio divino de una forma muy difícil de entender. Pero es un símbolo que nos retrata: todos tenemos algo de él.

¿No he amado/entregado a Jesucristo como él hizo? ¿No he sido fiel a mi ideal HASTA que algo lo hace flaquear? Y ese algo, ¿no ha sido algo que me reporta más beneficio a MÍ, más bienestar a MÍ? ¿No he sufrido la tentación de retirar mi vista de quien me lleva por un camino demasiado difícil, para volverla a mí mismo, que sé buscar caminos más placenteros? ¿No he tenido los ojos fijos en Jesús, pero no he aguantado, y he terminado fijándolos en otras personas o cosas que me satisfacen más? ¿No he besado a Jesús no por amor, sino para señalarlo y ser arrestado?

Señor, ayúdame a vivir con FIDELIDAD mi fe, cada día. Que te ame tan profundamente, que nada aparte mi mirada de TI, de TU proyecto de vida, de TU Palabra, de TU Reino que me invitas a hacer presente. No me dejes caer en la tentación de seguir otros dioses, y líbrame del mal del autocentramiento. AMÉN.

(Autor: Guillermo Rosas / g.rosas@sscc.cl)

29/3/10

MARTES SANTO, 30 de marzo de 2010

Pasión de Cristo, pasión de Pedro, pasión del pueblo.



Les dijo Jesús a sus discípulos: “Hijos míos, ya no estaré mucho tiempo con ustedes. Ustedes me buscarán, pero yo les digo ahora lo mismo que dije a los judíos: “Adonde yo voy, ustedes no pueden venir”.

Simón Pedro le dijo: “Señor, ¿a dónde vas?”.

Jesús le respondió: “Adonde yo voy tú no puedes seguirme ahora, pero más adelante me seguirás”.

Pedro le preguntó: “¿Señor, por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti”.

Jesús le respondió: “¿Darás tu vida por mí? Te aseguro que no cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces”. (Jn 33.36-38)

 

“Yo daré mi vida por ti”. Pedro dijo  esa frase a Jesús lleno de convicción, sabiéndose capaz de cualquier cosa por su maestro. Es la declaración de un héroe, dispuesto a darlo todo por quien sigue y ama. Sin embargo, Jesús sabe de la fragilidad de esa declaración. Pedro tendrá que recorrer todavía un camino doloroso, oscuro, terrible. Tendrá que vivir su propia pasión. Sin embargo, en ese Pedro que pregunta intempestivamente, lleno de curiosidad, que quiere seguir a Jesús ahora y dar su vida por él, ya está presente, como en semilla, el gran apóstol Pedro, la roca fundamental de la Iglesia. Su seguimiento de gelatina es transformado en roca por la inmensa misericordia de Jesús, su paciencia, su amor incondicional.

 

Preguntémonos: ¿Cuánto de roca y cuánto de gelatina tiene hoy nuestro amor por Jesús?

Meditemos en las actitudes de Jesús hacia Pedro y hacia nosotros. ¿Cómo se me ha manifestado esa paciencia de Jesús, su amor incondicional, su misericordia?


Pasión de Cristo, pasión de Pedro, pasión del pueblo…en estos días santos oremos por tanta gente de nuestro pueblo que sufre por las recientes catástrofes. En cada dolor, en cada lágrima reconocemos las heridas de Cristo.

(Autor: Alex Vigueras ss.cc.)

28/3/10

LUNES SANTO, 29 de marzo de 2010

Jesús volvió a Betania. Marta servía y Lazaro era uno de los comensales. María, tomando una libra de perfume de nardo puro, muy caro, ungió con él los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. La casa se impregnó de la fragancia del perfume. (Jn 12, 1ss)



Gozo al tener que amar al que me ama; ojalá ame de tal manera que muera de amor: sin medida, sin término, porque el amor es fuerte como la muerte (Ct 8, 6). Alégrate alma mía, porque tu vida ha muerto de amor para tu bien, devuélvele un amor tan fuerte que tu gozo sea morir valientemente por él; de este modo arderás en llama inextinguible como carbón hecho ascua en una gran hoguera de inmenso ardor, y estarás llena de amor que ahora derramas tan tiernamente. (Matilde de Magdeburgo)



Llamaste y clamaste,

y rompiste mi sordera.

Mostraste tu resplandor

y pusiste en fuga mi ceguera.

Exhalaste tu perfume,

y respiré

y suspiro por Ti.

 

Gusté de Ti,

y siento hambre y sed.

Me tocaste,

y me abrazo en tu paz.  (San Agustín)

 

(Autor: Martín Königstein ss.cc. / mksscc@gmail.com)

27/3/10

DOMINGO DE RAMOS, 28 de abril de 2010



A PARTIR DE HOY, DOMINGO DE RAMOS, Y HASTA EL DOMINGO DE PASCUA, QUEREMOS ACOMPAÑARLOS UNA VEZ MÁS CON UNA MEDITACIÓN DIARIA QUE NOS AYUDE A VIVIR ESTA GRAN SEMANA DE LA IGLESIA CON SENTIDO Y HONDURA CREYENTE. DESPUÉS DE LA DURA PRUEBA DEL TERREMOTO, QUEREMOS ESTAR MÁS ABIERTOS A LA PRESENCIA DE DIOS MISERICORDIOSO Y AL SOCORRO A TANTOS HERMANOS Y HERMANAS QUE HAN SUFRIDO Y SIGUEN SUFRIENDO.

¡QUE PODAMOS CELEBRAR DE VERDAD LA RESURRECCION!

 Equipo Gente con Corazón, marzo-abril 2010



“Todos los niños de aquellos lugares, aun los que no pueden ir a pie por ser tiernos y sus padres los llevan al cuello, todos llevan ramos, unos de palmas, otros de olivo; y así es llevado el obispo en la misma forma que entonces fue llevado el Señor”. (Testimonio de la peregrina ibérica Egeria sobre el domingo de ramos en la ciudad de Jerusalén a fines del siglo IV).





Hoy comienza la GRAN SEMANA de los cristianos. Semana de palmas, de sangre y de luz. Semana de carne y de espíritu, de duda y de fe. Semana de adhesión entusiasta y de abandono traicionero. Semana encrucijada de pasado, presente y futuro. Semana de sombras y luces, como el claroscuro de todo lo creado. Sólo Dios es luz y hacia ella vamos.




¿Cómo vivir esta semana como una irrupción de luz en medio de mis tinieblas, como un remanso de sentido en medio de las corrientes de banalidad, como un itinerario de conversión en medio de mis dudas y mediocridades, como una promesa de esperanza y de vida luego del terremoto?

¿Estoy dispuesto/a a darle espacio a la gracia en medio de la des-gracia?

¡Que la Semana santa sea una santa semana!