3/4/10

DOMINGO DE PASCUA, 4 de abril de 2010



¿DÓNDE BUSCAR AL QUE VIVE?

José Antonio Pagola

La fe en Jesús, resucitado por el Padre, no brotó de manera natural y espontánea en el corazón de los discípulos. Antes de encontrarse con él, lleno de vida, los evangelistas hablan de su desorientación, su búsqueda en torno al sepulcro, sus interrogantes e incertidumbres.

María de Magdala es el mejor prototipo de lo que acontece probablemente en todos. Según el relato de Juan, busca al crucificado en medio de tinieblas, «cuando aún estaba oscuro». Como es natural, lo busca «en el sepulcro». Todavía no sabe que la muerte ha sido vencida. Por eso, el vacío del sepulcro la deja desconcertada. Sin Jesús, se siente perdida.

Los otros evangelistas recogen otra tradición que describe la búsqueda de todo el grupo de mujeres. No pueden olvidar al Maestro que las ha acogido como discípulas: su amor las lleva hasta el sepulcro. No encuentran allí a Jesús, pero escuchan el mensaje que les indica hacia dónde han de orientar su búsqueda: «¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí. Ha resucitado».

La fe en Cristo resucitado no nace tampoco hoy en nosotros de forma espontánea, sólo porque lo hemos escuchado desde niños a catequistas y predicadores. Para abrirnos a la fe en la resurrección de Jesús, hemos de hacer nuestro propio recorrido. Es decisivo no olvidar a Jesús, amarlo con pasión y buscarlo con todas nuestras fuerzas, pero no en el mundo de los muertos. Al que vive hay que buscarlo donde hay vida.

Si queremos encontrarnos con Cristo resucitado, lleno de vida y de fuerza creadora, lo hemos de buscar, no en una religión muerta, reducida al cumplimiento y la observancia externa de leyes y normas, sino allí donde se vive según el Espíritu de Jesús, acogido con fe, con amor y con responsabilidad por sus seguidores.

Lo hemos de buscar, no entre cristianos divididos y enfrentados en luchas estériles, vacías de amor a Jesús y de pasión por el Evangelio, sino allí donde vamos construyendo comunidades que ponen a Cristo en su centro porque, saben que «donde están reunidos dos o tres en su nombre, allí está Él».

Al que vive no lo encontraremos en una fe estancada y rutinaria, gastada por toda clase de tópicos y fórmulas vacías de experiencia, sino buscando una calidad nueva en nuestra relación con él y en nuestra identificación con su proyecto. Un Jesús apagado e inerte, que no enamora ni seduce, que no toca los corazones ni contagia su libertad, es un "Jesús muerto". No es el Cristo vivo, resucitado por el Padre. No es el que vive y hace vivir.





¡Feliz Pascua de Resurrección 2010 para todos nuestros amigos y amigas de Gente con Corazón!

2/4/10

SÁBADO SANTO, 3 de abril de 2010

Sábado santo: día del gran silencio. Cristo está muerto. La Palabra ha callado, yace en un sepulcro. Es como el silencio que cubre una ciudad después del bombardeo. O después de un terremoto. El silencio de la devastación, del aniquilamiento, de la angustia.

Silencio de muerte.



El grano de trigo cayó en tierra. Murió. Pero algo muy pequeño, casi imperceptible, se agita en su germen. Un brotecito se abre paso sin ruido, casi sin fuerza, perseverante como el sol. Y está saliendo, casi inmóvil, a la luz. Es como la esperanza, que se abre paso sin que nos demos cuenta, en medio del dolor.

Silencio de vida.



El gran silencio es tierra fértil. Permite escuchar a Dios, que no estaba en la tempestad, que no estaba en el maremoto: estaba en una brisa muy suave, apenas más sonora que el silencio. De ella quiere germinar la alabanza, el aleluya pascual. Como el recién nacido, que del arrullo del vientre salta al primer llanto.




Virgen María, Madre del Señor, danos tu silencio y paz, para escuchar su voz.



(Autor: Guillermo Rosas ss.cc. / g.rosas@sscc.cl)

1/4/10

VIERNES SANTO, 2 de abril de 2010



Detente un momento frente a la CRUZ.

Jamás nos puede dejar indiferentes…

  Nos violenta

  Nos cuestiona

  Nos molesta

Nos AFECTA.

Tu Cruz, Señor, tu cruda Cruz me afecta.

Mi Dios Crucificado…


¿Me siento afectado por Jesús?

¿Qué me afecta de Jesús?

¿Puedo identificar algún momento de mi vida en que me sentí afectado por el Señor?

¿Creo que he afectado de amor, perdón, misericordia y alegría a alguien?




Somos afección, afectividad, afectos. Nuestros afectos nos mueven, nos cambian. Somos cuerpos que sienten. Carne afectada.

Nuestros afectos son afectados por otro. Por el rostro de un otro que aparece en nuestro camino, que irrumpe nuestra vida.

Muchos rostros, muchos afectos.

 

Así fue y es con Jesús. Llegó sin ser llamado.

Irrumpió entre sus discípulos.

Y nos afectó. Afectó nuestra vida.

Nos afectó su mirada, su amor, sus relaciones.

La forma en que amaba a los pobres nos afectó.

Su decisión, su voluntad, su llanto.

Su palabra dura, firme e inmensamente tierna: “Yo no te juzgo”.

Su palabra profética, su anuncio del Reino.

Nos afecta que nos interpele, que nos cuestione.

 

Nos afectó su muerte. Su muerte violenta y cruda.

Nos afectó su madre llorándolo en la cruz.



Desde ahora sentimos y somos afectados de otra forma.

Queremos amar como El, mirar como El, que sus palabras sean las nuestras.

Que su corazón sea el mío, que su carne, su cuerpo,  sea el nuestro.

 

Que nos incorpore al cuerpo santo de la humanidad.

Que su carne santifique la nuestra.

Que afectemos al mundo con la Buena Noticia de quien nos afectó: JESUS.

Jesús en Viernes Santo… 

(Autor: Pedro Pablo Achondo ss.cc.)

31/3/10

JUEVES SANTO, 1 de abril de 2010

El jueves santo es el día del compartir fraterno y del servicio de unos por otros, es el día en que el Señor se hace pan partido por la vida del mundo, es el día en que Él se hace “olla común”, alimentando nuestras esperanzas y nuestras vidas, alimentando nuestra sed de justicia y de paz, alimentando nuestros anhelos de amar en libertad.

Él quiere ser alimento para todos y para ello requiere de nosotros, nos necesita para que seamos los que ponemos la mesa, los que pelamos las papas, los que le echamos más agüita a la sopa, para que todos coman de ella y sientan ese calor que da vida, que fortalece los huesos y hace que todos juntos tengamos ganas de trabajar por un futuro mejor.

El jueves santo es una invitación a sentarnos todos en torno a una gran mesa, en la que no falte nadie, en la que haya espacio para todos y todo se ponga en común. Es el momento en que nos ofrecemos a los demás, como lo hizo Jesús con sus discípulos, que se puso en el último lugar.

Martes 21 de Abril de 2009

Con pie de cueca, banderas blancas y un contundente plato de porotos con rienda, unos 80 vecinos del sector mediocamino de Talcahuano conmemoraron el sábado 18 de abril la creación de las Juntas de Vecinos de Patricio Lynch y Carlos Condell, ambas nacidas hace 40 años atrás a través de las “tomas” de terreno.

A la usanza de esa época, los vecinos se reunieron en torno a una olla común, actividad organizada por el Programa Quiero Mi Barrio del Ministerio de Vivienda y Urbanismo en conjunto con la I. Municipalidad de Talcahuano con el objetivo de revivir la historia de uno de los sectores más populosos de la ciudad puerto. “Fueron tiempos duros, los hombres nos íbamos a trabajar y nuestras señoras se turnaban para cuidar nuestro terreno. Estuvimos como cuatro meses viviendo en una carpa”, recordó Francisco Vega, secretario de la Junta de Vecinos de Patricio Lynch.

A la actividad asistió el alcalde de Talcahuano, Gastón Saavedra, quien destacó el gran esfuerzo detrás de cientos de familias que lucharon por la casa propia. “Me enorgullezco de haber participado en los inicios de esta población, cuando en nuestro país costaba construir nuestras casas, cuando era prácticamente imposible pensar que la vivienda era un derecho… En esos tiempos muchos pobladores que aun están en este barrio se atrevieron a levantar una bandera para tener su casa propia y así dignificar el derecho a la vivienda”, precisó.



¿Dónde me pide el Señor que ponga la mesa para hacerse “olla común”?

¿Cómo hacer que nuestra eucaristía sea anticipo del banquete definitivo en que el Señor enjugará toda lágrima?

“Pan en todas las mesas

la pascua nueva certeza

la paz reinará

y el pueblo a cantar aleluya"

(Autor: Matías Valenzuela ss.cc.: mvalenzd@uc.cl)

MIÉRCOLES SANTO, 31 de marzo de 2010

“Entonces uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, se dirigió a los sumos sacerdotes y les propuso: ¿Qué me dan si lo entrego a ustedes? Ellos se pusieron de acuerdo en treinta monedas de plata. Desde aquel momento buscaba una ocasión para entregarlo.” Mt 26, 14-16.

Judas es un personaje misterioso y contradictorio, en el que se mezclan voluntad y designio divino de una forma muy difícil de entender. Pero es un símbolo que nos retrata: todos tenemos algo de él.

¿No he amado/entregado a Jesucristo como él hizo? ¿No he sido fiel a mi ideal HASTA que algo lo hace flaquear? Y ese algo, ¿no ha sido algo que me reporta más beneficio a MÍ, más bienestar a MÍ? ¿No he sufrido la tentación de retirar mi vista de quien me lleva por un camino demasiado difícil, para volverla a mí mismo, que sé buscar caminos más placenteros? ¿No he tenido los ojos fijos en Jesús, pero no he aguantado, y he terminado fijándolos en otras personas o cosas que me satisfacen más? ¿No he besado a Jesús no por amor, sino para señalarlo y ser arrestado?

Señor, ayúdame a vivir con FIDELIDAD mi fe, cada día. Que te ame tan profundamente, que nada aparte mi mirada de TI, de TU proyecto de vida, de TU Palabra, de TU Reino que me invitas a hacer presente. No me dejes caer en la tentación de seguir otros dioses, y líbrame del mal del autocentramiento. AMÉN.

(Autor: Guillermo Rosas / g.rosas@sscc.cl)

29/3/10

MARTES SANTO, 30 de marzo de 2010

Pasión de Cristo, pasión de Pedro, pasión del pueblo.



Les dijo Jesús a sus discípulos: “Hijos míos, ya no estaré mucho tiempo con ustedes. Ustedes me buscarán, pero yo les digo ahora lo mismo que dije a los judíos: “Adonde yo voy, ustedes no pueden venir”.

Simón Pedro le dijo: “Señor, ¿a dónde vas?”.

Jesús le respondió: “Adonde yo voy tú no puedes seguirme ahora, pero más adelante me seguirás”.

Pedro le preguntó: “¿Señor, por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti”.

Jesús le respondió: “¿Darás tu vida por mí? Te aseguro que no cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces”. (Jn 33.36-38)

 

“Yo daré mi vida por ti”. Pedro dijo  esa frase a Jesús lleno de convicción, sabiéndose capaz de cualquier cosa por su maestro. Es la declaración de un héroe, dispuesto a darlo todo por quien sigue y ama. Sin embargo, Jesús sabe de la fragilidad de esa declaración. Pedro tendrá que recorrer todavía un camino doloroso, oscuro, terrible. Tendrá que vivir su propia pasión. Sin embargo, en ese Pedro que pregunta intempestivamente, lleno de curiosidad, que quiere seguir a Jesús ahora y dar su vida por él, ya está presente, como en semilla, el gran apóstol Pedro, la roca fundamental de la Iglesia. Su seguimiento de gelatina es transformado en roca por la inmensa misericordia de Jesús, su paciencia, su amor incondicional.

 

Preguntémonos: ¿Cuánto de roca y cuánto de gelatina tiene hoy nuestro amor por Jesús?

Meditemos en las actitudes de Jesús hacia Pedro y hacia nosotros. ¿Cómo se me ha manifestado esa paciencia de Jesús, su amor incondicional, su misericordia?


Pasión de Cristo, pasión de Pedro, pasión del pueblo…en estos días santos oremos por tanta gente de nuestro pueblo que sufre por las recientes catástrofes. En cada dolor, en cada lágrima reconocemos las heridas de Cristo.

(Autor: Alex Vigueras ss.cc.)

28/3/10

LUNES SANTO, 29 de marzo de 2010

Jesús volvió a Betania. Marta servía y Lazaro era uno de los comensales. María, tomando una libra de perfume de nardo puro, muy caro, ungió con él los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. La casa se impregnó de la fragancia del perfume. (Jn 12, 1ss)



Gozo al tener que amar al que me ama; ojalá ame de tal manera que muera de amor: sin medida, sin término, porque el amor es fuerte como la muerte (Ct 8, 6). Alégrate alma mía, porque tu vida ha muerto de amor para tu bien, devuélvele un amor tan fuerte que tu gozo sea morir valientemente por él; de este modo arderás en llama inextinguible como carbón hecho ascua en una gran hoguera de inmenso ardor, y estarás llena de amor que ahora derramas tan tiernamente. (Matilde de Magdeburgo)



Llamaste y clamaste,

y rompiste mi sordera.

Mostraste tu resplandor

y pusiste en fuga mi ceguera.

Exhalaste tu perfume,

y respiré

y suspiro por Ti.

 

Gusté de Ti,

y siento hambre y sed.

Me tocaste,

y me abrazo en tu paz.  (San Agustín)

 

(Autor: Martín Königstein ss.cc. / mksscc@gmail.com)

27/3/10

DOMINGO DE RAMOS, 28 de abril de 2010



A PARTIR DE HOY, DOMINGO DE RAMOS, Y HASTA EL DOMINGO DE PASCUA, QUEREMOS ACOMPAÑARLOS UNA VEZ MÁS CON UNA MEDITACIÓN DIARIA QUE NOS AYUDE A VIVIR ESTA GRAN SEMANA DE LA IGLESIA CON SENTIDO Y HONDURA CREYENTE. DESPUÉS DE LA DURA PRUEBA DEL TERREMOTO, QUEREMOS ESTAR MÁS ABIERTOS A LA PRESENCIA DE DIOS MISERICORDIOSO Y AL SOCORRO A TANTOS HERMANOS Y HERMANAS QUE HAN SUFRIDO Y SIGUEN SUFRIENDO.

¡QUE PODAMOS CELEBRAR DE VERDAD LA RESURRECCION!

 Equipo Gente con Corazón, marzo-abril 2010



“Todos los niños de aquellos lugares, aun los que no pueden ir a pie por ser tiernos y sus padres los llevan al cuello, todos llevan ramos, unos de palmas, otros de olivo; y así es llevado el obispo en la misma forma que entonces fue llevado el Señor”. (Testimonio de la peregrina ibérica Egeria sobre el domingo de ramos en la ciudad de Jerusalén a fines del siglo IV).





Hoy comienza la GRAN SEMANA de los cristianos. Semana de palmas, de sangre y de luz. Semana de carne y de espíritu, de duda y de fe. Semana de adhesión entusiasta y de abandono traicionero. Semana encrucijada de pasado, presente y futuro. Semana de sombras y luces, como el claroscuro de todo lo creado. Sólo Dios es luz y hacia ella vamos.




¿Cómo vivir esta semana como una irrupción de luz en medio de mis tinieblas, como un remanso de sentido en medio de las corrientes de banalidad, como un itinerario de conversión en medio de mis dudas y mediocridades, como una promesa de esperanza y de vida luego del terremoto?

¿Estoy dispuesto/a a darle espacio a la gracia en medio de la des-gracia?

¡Que la Semana santa sea una santa semana!